sábado, 28 de septiembre de 2013

XLIII

Como no voy a entenderte
Si nos llenamos los ojos
Y nos rompemos las alas
Por las mismas flores.

XLI

Si las nubes no viajaran
El cielo no sería tan grande;
La luz sería una sola
Y no me salpicaría los ojos
Ni la piel de gallina.



miércoles, 18 de septiembre de 2013

XXXIX

No recuerdo tu nombre
Porque yo te llamaba con los ojos.

Que manos tan blancas.

Que día tan triste el que te vi llorando
Que días tan tristes
En los que, todavía,
No puedo hacer nada.

Que espera tan larga.




martes, 17 de septiembre de 2013

XXXVIII

Me dije: -Algún día, podrás ofrecer a alguien un lugar un poco más grande que un jarrón viejo.

Le dije: -Despacio. 

jueves, 12 de septiembre de 2013

XXXVII (Conversaciones)

A: ¿Sabes que es lo bueno de vivir rodeado de edificios?
O: ¿Qué?
A: que cuando es de noche y estás triste, miras por la ventana y siempre hay una luz prendida en otro edificio, entonces no te sentís tan solo.
O: Puede ser.
A: Yo siempre me imagino que hay una persona que también está mal, así no me siento tan sola.
O: Nunca me imaginé que la otra persona estaba triste.
A: Entonces nunca estuviste tan triste.

martes, 10 de septiembre de 2013

domingo, 8 de septiembre de 2013

XXXV (Alegría)

Los gorriones
Parados en las ramitas secas de mi árbol
Tienen la panza llena de:
Alegría.

miércoles, 4 de septiembre de 2013

XXXIV

Luz amarilla
Luz eterna
¿Cómo puede acabar con vos la noche?
¿Cómo puedo defenderte?

domingo, 1 de septiembre de 2013

XXXII (Te imaginé)


Como si fuese un bocado de viento, 
el tiempo que se había roto porque yo había cerrado los ojos, 
es devorado por un agujero de vapores blancos. 
Ahora solo queda un lugar dibujado, 
y tu imagen pestañea,
y yo que estaba del otro lado no podía tocarte.

XXXI

En la oscuridad nunca se está solo
Todo lo contrario.

Cuando me acuesto en mi cama y apago la luz
Salen los recuerdos de no sé donde
Volando como gorriones
Raspando el aire con sus enfermas alas

Se acercan las señoras nocturnas
Con sus manos frías,
Tan frías
Y se sientan en los pies de mi cama
Debajo de mi cama
Encima mío.

Después vienen los fantasmas
Tan tristes e invisibles
Solo para  hinchar el aire
Como si no fuese suficiente
Que me cueste respirar.

En la oscuridad nunca se está solo
Todo lo contrario.

Y cuando confundo la noche con el miedo
Me llevo todo por delante y prendo la luz
Y los gorriones,
las señoras
y los fantasmas
Huyen como cucarachas.