domingo, 24 de julio de 2016

LXXVI

No hay nadie en el mundo para vos
Ni en ésta, ni en otra época.
Aunque pudieras nacer en otro momento
No habría nadie para vos.
Porque quien sea que teja tu destino 
Cada vez
No hará más que enhebrar
La noche y el espanto en la misma aguja
Planeando cerrar todas las salidas.

Tu vida te dejará por descuido, siempre
Y yo, siempre te cruzaré en el destierro.

martes, 21 de junio de 2016

LXXV

Había tantos paraísos
Ninguno era mío
Solo los ojos de mis perros
Que me miraban con la única ternura.
Eso era vivir,
Sabiendo que siempre
El otro está del otro lado
De las mil cerraduras
Y que nunca en mis manos
Habrá ni un pedazo de alambre
Para abrir la última puerta.
Tendré que conformarme con los ojos de mis perros
Y con el patio de mi casa
Lleno de barro.

lunes, 30 de mayo de 2016

LXXIV

Las sillas siguen frías
Porque nadie viene.

Me pregunto si algún día
Llegará el día
Que me despierte algún ruido nuevo
O si algún día,
Que bien puede ser otro,
Un ruido me asuste
Y mi corazón deje de latir como una baba
Que no se corta.

Lo que es seguro
Es que tengo que aprender a vivir conmigo
En esta casa
Donde me encerraron
Los que escribieron mi destino a oscuras.

lunes, 9 de mayo de 2016

LXXIII

Temblar
Por inundado el cuerpo
Mientras se le tiene miedo
A las mismas cosas
Que siempre se le tuvo miedo:
A que no te miren
Que no te miren
No te miran.

martes, 3 de mayo de 2016

LXXII

Entrar por la herida
y volverse parte de ella
como entra la luna
por la tarde
y se vuelve parte del cielo.

Yo me quedo mirando los dos
la herida y el cielo
como si fueran
la misma cosa.

jueves, 21 de abril de 2016

LXXI

                                                             "Los restos del barco, 
                                                                ¿van a quedar ahí?"
                                                    (frase de mi papá, al ver los restos de un barco en el río)

Pedí tantas cosas
y tuve tus ojos,
el mismo color,
la misma forma.

Confundí la voz con las palabras
y pedí la voz
pero lo hice como lo hacen los niños
y también lloré como lo hacen los niños.

Hoy lloré
otra vez
con estos ojos,
los que parecen tuyos,
porque ya no te puedo ver
y porque nadie responde
si los restos de este barco
van a quedar ahí.








miércoles, 20 de abril de 2016

LXX

Lo que duele
es inventar un lugar
y ver de lejos
que desaparece el camino que iba
porque el lugar ya no existe.

Las dudas son dos:
si ese lugar
alguna vez existió
y si soy yo lo que se rompe
o el espejo.